lunes, 19 de octubre de 2015

Resaca pos-pilarista

Voy a comenzar esta nueva tanda de publicaciones hablando de esta especie de resaca posfestiva que queda en la ciudad tras la celabración de las Fiestas del Pilar.

Yo no soy creyente, ni soy especialmente festera, pero nunca tengo la suerte de poder huir de la ciudad en estos días. Tampoco suelo salir, pero no hay año que no haya alguien que me proponga tomar un café o un aperitivo en estas fechas. A pesar de que no me gustan mucho las aglomeraciones, por lo general soy lo suficientemente sociable (o al menos yo me considero sociable comparada con otras personas que dirían seguro que no) como para decir "si" a la mayoría de las propuestas que me hacen.

Me habré limitado a tomar un par de aperitivos y un par de cafés, y no he salido ninguna noche ni he ido a hacerme fotos con la Virgen y su precioso manto floral, pero hoy, al coger un autobús para ir a trabajar, he notado esa "resaca" que queda en la gente. 

Durante las semana de las fiestas algunos tenemos la suerte de disponer de jornada reducida, otros tienen la suerte de no tener que trabajar y muchos, que habitualmente tienen la desgracia de no poder trabajar, esos días si pueden hacerlo. La ciudad cambia. Las calles se llenan de gente en horarios diferentes. Durante una semana, aunque no nos sumerjamos del todo, somos testigos de una ciudad cambiante, de una fiesta de no para desde el amanecer con las vaquillas a las diferentes actuaciones dispersas por toda la ciudad a lo largo de la noche. Pero hoy la ciudad de siempre ha regresado, hoy la ciudad estaba de resaca.

Todavía quedan esos espacios por desmontar del todo y que desaparecerán en las próximas horas. Esos peñistas que todavía tendrán alguna merienda pendiente. Restos de basura en las zonas donde los servicios de limpieza municipal aún no han tenido tiempo de limpiar. Clases de colegios e institutos que, aunque no se habían interrumpido del todo la semana anterior, ha sido hoy cuando se han retomado con auténtica normalidad.

Pero quizá lo que más potencia esa resaca general que sufre hoy esta ciudad es la lluvia. Esa lluvia que apareció ayer por la tarde sin ser invitada al final de las fiestas. Esa lluvia que hoy moja sin caer, que hace que el sol no luzca y que entristezca el color del día. 

En definitiva, hoy no es un día como otro cualquiera, es el día de después de la fiesta. Hoy es ese día en que unos dicen "por fin" y otros dicen "¿ya?". 

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